miércoles, 17 de octubre de 2007

LECTURA Nº 4: EL COLECTIVISMO ECONÓMICO CONSCIENTE

Fragmentos tomados con fines instruccionales de:
Casas, U. El colectivismo económico consciente. La trascendencia histórica de la sociedad humana. [Documento en línea]. Disponible: www.escuelaideologica.org/colectivismo.htm. [Consulta: 2006, diciembre 09]






LA TRASCENDENCIA HISTÓRICA DE LA SOCIEDAD HUMANA

Introducción
Más de cuatro mil años de historia escrita de la humanidad han transcurrido sobre estructuras económicas que obedecen a la necesidad, entendida ésta como el conjunto de leyes a las cuales está sometida tanto la sociedad humana como la naturaleza y el universo en su infinitud. El individuo es una parte de la naturaleza y del universo; el ser humano es un conjunto de partículas, átomos, moléculas, etc, organizados en la forma como la conocemos y estudiamos anatómicamente. Somos, como dijo el científico Carl Sagan, materia de las estrellas. Bajo el imperio de la necesidad ha transcurrido la larga historia de la humanidad y, en términos generales, lo sigue haciendo a pesar del logro de la ciencia, la investigación científica y la alta tecnología alcanzada hoy en ese proceso del vivir humano como parte de la fenomenología universal.
De acuerdo al grado de desarrollo de las condiciones materiales de existencia, la humanidad genera determinadas formas de cultura o expresiones de su intelecto, calidad que nos distingue de esa otra clase de vida que llamamos "animal" y de la cual poseemos un gran porcentaje de nuestra propia existencia. De la existencia puramente material, del material inerte, también poseemos elementos, como son los minerales que nuestro cuerpo y el de todos los seres vivientes poseen. Si nos distinguimos del animal por el pensar, este pensar no es igual en todos los individuos ni en todas las épocas de la existencia humana. Ese pensar ha venido evolucionando en la medida en que evolucionan las condiciones materiales del existir social. En el pensar, también, existe la diversidad, la particularidad y la individualidad como categorías del Ser.
El fenómeno social, como todo fenómeno universal, evoluciona en base a sus propios elementos constitutivos; la sociedad es un conjunto de individuos que comparten unos espacios comunes, dentro de los cuales sobreviven; pero, ese conjunto no es homogéneo como no lo es cualquier otro conjunto de elementos convivientes. El conjunto social es una diversidad de individuos dentro de una homogeneidad de condiciones materiales. Entender esa variedad del conjunto social es esencial al conocimiento del fenómeno humano. Dentro del conjunto social se generan individuos que expresan la esencialidad de ese conjunto social, son los pensadores, como manifestación de la esencia del ser humano, que consiste en el pensar, en la expresión del intelecto, así como hay individuos que asumen la existencia de lo económico, es decir, personas que concentran bajo su poder inmensas riquezas, también hay individuos que recogen lo que distingue al ser humano del animal, el pensamiento.
En todas las épocas de la historia humana, a partir del momento en que se dieron las condiciones para expresar intelectualmente su existencialidad, ha habido personas que teorizan la práctica social, que emiten conceptos sobre la existencia social y sobre la existencia universal, los fenómenos que el ser humano va percibiendo de acuerdo a sus facultades mentales. Es en este momento cuando el humano introduce en el pensar del conjunto las posibilidades de un existir diferente al que vive, ya sea en un sentido de mejorarlo para quienes ese pensador representa o para elevar la calidad del conjunto social en el cual vive, como totalidad.
Como expresión de las contradicciones del fenómeno social, contradicciones que le son inherentes, que son de su esencia, se presentan diferentes posiciones en lo que respecta al cambio o desarrollo de la existencialidad material, social, política, cultural, del conjunto social en el cual los pensadores se expresan. Esto tiene como causa el haberse llegado a un nivel en el cual es posible dar curso al pensamiento debido a que la materialidad puramente vital se encuentra solucionada. Es decir, para poder pensar, lo que filosóficamente denominamos pensar, y que consiste en la reflexión y la conceptualización sobre los diversos fenómenos del Universo, la Naturaleza, la Sociedad y el Individuo, es necesario haber logrado una estabilidad económica y social que le permita, al individuo, vivir en condiciones que trasciendan la necesidad puramente vital, su materialidad biológica. Los pensadores o teorizantes de la realidad son individuos al margen de las necesidades vitales de la mayor parte del conjunto social. Siempre los hemos conocido como tales y así seguirá siendo de acuerdo con la realidad material en permanente cambio y evolución. Entenderlo de esta manera es la forma como podemos ahondar en el conocimiento de la evolución social.
Lo que nos proponemos aquí es, precisamente, conocer ese transcurrir histórico de la humanidad para poder delinear la perspectiva del futuro sobre la realidad del presente y el pasado. Para poder entender el fenómeno social, es esencial hacerlo mediante el método del materialismo dialéctico, comprendiendo la esencia de los fenómenos universales en su materialidad como la expresión real del Ser en su diversidad de manifestaciones y sobre leyes que le son inherentes, leyes que constituyen su esencia en permanente evolución. El movimiento infinito del Ser universal, como esencia de su existencia, es la base sobre la cual podemos comprender la particularidad del fenómeno social en ese universo infinito del existir.
Es dentro de estas consideraciones sobre el Ser que vamos a profundizar en la existencialidad material y cultural de la sociedad a la que pertenecemos para visualizar una perspectiva económica, social, política y cultural a nuestro existir; ello, sobre la base de ser la sociedad un fenómeno material y cultural que evoluciona sobre sus propias condiciones materiales, sociales y culturales. Creemos que el ser humano es un fenómeno material y cultural que obedece a leyes; estamos seguros que si esas leyes son conocidas por él, se le abre una perspectiva de desarrollo que puede manejar de acuerdo a los criterios que se tenga sobre lo que debe ser la sociedad y el individuo mismo. Es decir, que de ser el individuo objeto de la necesidad, pasa a ser actor de su propia existencia porque esas leyes a las cuales está sujeta tanto la sociedad como el individuo, al ser conocidas, serán utilizadas en la perspectiva del mejoramiento material y cultural del conjunto; en esas condiciones, lo que se pretende y lo que se consigue será consciente, no producto de la voluntad de unos pocos o de algún posible redentor de la humanidad.
La base fundamental de la existencialidad humana está constituida por los elementos naturales y artificiales de naturaleza económica, mediante los cuales el ser humano se alimenta, se viste, se protege habitacionalmente y se reproduce. Sobre esta tesis se han desarrollado infinidad de debates de todo tipo en los últimos siglos, pero es una realidad tan evidente que es por ello que se debate contra los que no la ven. No es que la estructura económica sea el único y exclusivo elemento que sustenta la existencia social y del individuo, sino que sin ella ese ser no existiría. Profundizar en el análisis de la estructura económica sobre la cual se desarrolla esa existencia social y por ende la del individuo que la compone, es materia de la economía política; es esta ciencia social la que nos da los elementos para poder visualizar el futuro de la sociedad en que vivimos; pero, para poder hacerlo nos es imprescindible conocer a fondo el pasado y comprender el presente.
Aquí vamos a esbozar una tesis, que es el producto del estudio y el análisis dialéctico del proceso histórico de la humanidad, a través de todas las etapas y ciclos que ha venido atravesando y atraviesa actualmente. Este análisis lo hacemos bajo el método del materialismo dialéctico y el materialismo histórico, derivados de la concepción filosófica materialista dialéctica. Para nosotros, es el único método científico de conocimiento de todos y cada uno de los fenómenos del Universo, la Naturaleza, la Sociedad y el Individuo.
En el devenir histórico, como en todo el espectro infinito del Ser, se va de lo simple a lo complejo; lo complejo es lo más avanzado, pero dentro de lo complejo está lo simple; es una relación dialéctica que se encuentra en todo fenómeno. El colectivismo surge cuando las condiciones materiales y culturales de la sociedad lo generan; unos individuos, en lo particular, lo expresan y lo van construyendo en su materialidad física, económica, social, ideológica, política y cultural, pero sobre una conceptualización filosófica de carácter materialista dialéctica. ¿Por qué en este momento histórico? Porque antes el devenir histórico no lo podía generar. Para entenderlo filosóficamente, el colectivismo es la secuencia tesis-antítesis-síntesis, o en los términos históricos, la negación de la negación en la secuencia comunidad primitiva-comunal, propiedad privada individual, como su negación, y colectivismo consciente como negación de la negación.
En las condiciones históricas del presente, el ser humano ha llegado a los niveles de la "autoconsciencia", porque se desenvuelve sobre un acumulado filosófico y cultural de elevado desarrollo; la conceptualización filosófica ha logrado penetrar en la esencia de los fenómenos para explicarlos y entenderlos en toda su dimensión; ha sido el materialismo filosófico, en su expresión dialéctica, el producto de ese largo y difícil proceso del pensamiento. El materialismo dialéctico se manifiesta con posterioridad a la dialéctica idealista expresada por Hegel, porque las fuerzas económico-sociales no lo permitían antes. Es por lo anterior que consideramos la posibilidad del colectivismo en las actuales condiciones históricas de la humanidad, como una trascendencia de la sociedad capitalista en decadencia y en vía de preparar y sustentar, sobre sus realizaciones materiales y culturales, la sociedad del futuro.
Capitulo I
Vamos a empezar por las formas más antiguas de organización humana, a efecto de analizarlas a la luz de su evolución; para ello no hay otro método mejor que la dialéctica. Es decir, considerar que el fenómeno humano, como cualquier otro fenómeno de la naturaleza y en particular del planeta Tierra, está determinado por leyes particulares. Que esas leyes no son iguales a las que rigen los fenómenos animales o vegetales es evidente; pero, que la sociedad humana sigue transformaciones que son de su esencia, leyes particulares y específicas de su propia existencialidad, es fundamental para la comprensión de su desarrollo histórico.
En estas condiciones, y para englobar nuestro análisis, pondremos las formas sociales primitivas como base de la cual partimos para llegar a la sociedad en que vivimos. De ahí que a esas formas primigenias les demos la categoría de "Tesis" o "Principio" del existir humano. Luego, ese principio o "tesis" será "negado" por su propia evolución y transformación de esas formas de organización económico-social y así, sucesivamente, en una perspectiva de cualificación dentro de lo que nosotros consideramos como mejoramiento de la especie humana.

1. La comunidad primitiva
La comunidad primitiva es ya un grado elevado de la evolución del humano. Las agrupaciones humanas se van conformando alrededor de un territorio, de una determinada forma de producción, de unas relaciones reproductivas que generan relaciones sociales concretas y reales que determinan una forma de gobierno o normatividad social y un hacer económico, social, político, militar y cultural. La humanidad ha conocido y sigue sosteniendo formas comunitarias de existencia social. A pesar de la larga historia humana, los más primitivos estadios de existencia social sobreviven en determinados lugares del planeta Tierra. La generalidad incluye la particularidad y la particularidad nos muestra lo que es la generalidad si aplicamos la dialéctica en el conocimiento del fenómeno. La comunidad primitiva es un estadio de la evolución humana en el cual ya hay posibilidades de irse liberando de la necesidad puramente material.
En la comunidad primitiva se dan los primeros elementos para desarrollar el pensar aunque ese pensar sea puramente natural, instintivo. En la comunidad primitiva se dan los primeros pasos en la perspectiva del humano, que construirá las civilizaciones posteriores.

1.1. Régimen de propiedad en la comunidad primitiva
En un comienzo el humano apenas si se desprendía de los árboles y se alimentaba de frutos y raíces de los mismos. En miles o millones de años, se "asienta" en territorios determinados y genera su propio "hábitat" humano. Se inicia el largo proceso de conformación tribal y, por ello, mismo la materialidad de su existencia no puede ser sino comunitaria. La relación con la naturaleza es de tal índole que forma una unidad indisoluble sin mucha mediación de elementos artificiales o producidos por él mismo. Se puede decir que el humano no es que tenga una relación determinada con la naturaleza sino que es naturaleza misma que posee determinadas particularidades.
Hay tanta necesidad material para sobrevivir, que no se puede por menos de compartir la propiedad de los elementos que sirven para ello; tiene que hacerse en forma comunitaria, porque la agrupación humana es aún incipiente y débil ante las fuerzas de la naturaleza. Es esencialmente necesario compartir tanto los elementales instrumentos, mediante los cuales se enfrentaba a la naturaleza como los mismos elementos y los que ésta le brindaba al grupo humano primitivo.
Dos aspectos que determinan el régimen comunitario son: el primero interno, es decir, la debilidad del grupo humano ante las fuerzas de la naturaleza que obliga, necesariamente, a agruparse y el segundo, externo, que consiste en que hay una infinitud de elementos naturales que imposibilitan la propiedad individual o particular. En efecto, en las condiciones de la sobrevivencia natural, toda la naturaleza se encuentra a disposición de los humanos existentes. Estos dos aspectos de la existencia imposibilitan la propiedad individual.

1.2. Condiciones materiales
Las primeras agrupaciones humanas, conocidas por los historiadores como la Gens y la Tribu, sobreviven sobre condiciones materiales puramente naturales. Es la naturaleza, en su rudeza, la que impone las condiciones de sobrevivencia de esos grupos primigenios de la humanidad. Las investigaciones modernas, llevadas a cabo en tribus que subsisten en el planeta, nos muestran en forma muy clara las condiciones materiales de su existencia. Es la naturaleza, en su manifestación real, la que impone las formas de vida, la alimentación, el vestido, la vivienda, la organización familiar, etc.
Sobre esta realidad, el grupo humano evoluciona y se relaciona con otros grupos humanos con los cuales, en su devenir existencial, establece contacto. La producción, en estas condiciones, se basa en productos que son estrictamente necesarios para sobrevivir; es decir, alimentos, vestido, vivienda e instrumentos que faciliten una sobrevivencia de carácter puramente natural. La comunidad primitiva es más natural que artificial: su materialidad biológica y social está más inmersa en la naturaleza que en lo social. Depende más de la naturaleza que del conjunto social, aunque siempre la naturaleza sea el entorno dentro del cual se vive social e individualmente.
En la comunidad primitiva hay menos productos humanos que en las sociedades que le siguen. Sin embargo, de lo anterior, lo que la sociedad produce es parte de la naturaleza como lo es la misma sociedad y el individuo. Lo que podemos afirmar es que en la comunidad primitiva el humano depende más de las fuerzas y leyes de la naturaleza, de su entorno, que en las siguientes formaciones sociales en las cuales ese entorno es más artificial; es decir, producido por el mismo humano, pero siempre siendo parte de la naturaleza.
El régimen de propiedad común es impuesto por los medios materiales de que puede disponer el grupo humano y no por su capacidad de adaptación, muy débil aún. La necesidad impone las condiciones de vida de estos grupos humanos primitivos. En este estadio de desarrollo social, el grupo humano es completamente dependiente de la naturaleza; es naturaleza viviente particular humana, en similar forma a como lo es la naturaleza viviente puramente animal, con la diferencia de la gesticulación para la comunicación que en el humano es de mayor desarrollo cerebral.
Otro factor estructural que determina la propiedad comunal es la cantidad de elementos a utilizar por parte del grupo humano. La naturaleza es de tal magnitud, para el grupo, que nadie tiene interés en apropiarse individualmente parte alguna de ella, ya que no le sería de utilidad alguna; no la podría manejar siquiera. Aunque los instrumentos de caza y pesca son utilizados individualmente, la acción de cazar y pescar se hace en grupo y, por lo mismo, la repartición de lo conseguido es comunitaria. Son tan primitivos los instrumentos utilizados para la caza y la pesca que no pueden ser objeto de propiedad individual sino de uso individual, pero de propiedad comunitaria. No se puede concebir, en este estadio, la propiedad privada sobre objeto alguno.

1. 3. Condiciones culturales
El régimen de la comunidad primitiva genera unas costumbres y una cultura concreta. La elementalidad vital y la materialidad natural generan en el grupo costumbres también muy naturales. En efecto, la agrupación, una vez posee el tiempo suficiente, el tiempo sobrante de la necesidad de buscar alimento y vivienda, se reúne alrededor de actividades relacionadas con su materialidad real. El acto de comer el producto de la caza y la pesca los reúne y hace que el grupo comience a generar especies de ceremoniales alrededor de esa actividad. Luego, habrá respuestas a los fenómenos naturales que ejercen sobre el grupo y también en forma individual, temor y amenazas a la integridad biológica.
Ante la amenaza o ante el hecho natural que lesiona la integridad vital individual o del grupo, se hace necesario asumir defensas y entre ellas se va produciendo el culto a los fenómenos naturales que, para ese momento, son inexplicables. Alguien representará al grupo; en todo organismo hay órganos de dirección y de ejecución; en el grupo humano primigenio es el anciano, el que posee la mayor experiencia, quien asume la dirección en dos sentidos: en el de autoridad ante el grupo y en el sentido de ser un intermediario entre el grupo y la realidad exterior al mismo; esa exterioridad puede ser el fenómeno natural que infunde temor por el desconocimiento de su naturaleza o puede ser otro grupo humano que disputa la territorialidad. La autoridad política tiene aquí su origen en forma simultánea con la autoridad religiosa del futuro. Poder político y poder ideológico surgen ya de los comienzos de la era humana en el planeta.
En la medida en que la comunidad se va desarrollando, sus manifestaciones culturales también lo van haciendo. Vendrán las guerras por las mejores tierras para el pastoreo y los elementos guerreros se irán perfeccionando al mismo tiempo que el culto se convierte en otro medio de carácter ideológico para sostener las formas sociales establecidas. En este período, que es muy largo en el tiempo y también muy diverso en el espacio; es decir, en la geografía del planeta, los diversos grupos humanos son predominantemente esclavos o dependientes de la naturaleza y, por ello, a ella le rinden culto en la perspectiva de sobrevivir.
La adoración de los astros y de los fenómenos naturales es la expresión de mayor importancia social y cultural en este momento histórico. De ellos depende la sobrevivencia y el futuro posterior a la vida de cada uno y de todos los integrantes de la comunidad.

1. 4. La organización social
Como ya se ha podido observar y como lo ha venido demostrando la investigación de antropólogos e historiadores, el humano es esencialmente un ser social. No se puede concebir al margen de la sociabilidad. En primer lugar, es la manada, a similitud de las grandes manadas de simios que siguen existiendo. Con el desarrollo y evolución de sus condiciones materiales y culturales, el humano va conformando lo que se ha denominado la "gens" y la "tribu", en donde ya comienzan a darse los inicios de una organización social dentro de la cual asoma los gérmenes de lo que ha de ser la autoridad, en donde hay formas de expresión económica, cultural, militar.
Es claro que la comunidad primitiva existe y se desarrolla dentro del tiempo-espacio. En el tiempo es un período humano muy largo el que ha recorrido la comunidad y en el espacio el planeta Tierra sostiene aún, en diversos lugares, la existencia de la comunidad primitiva, dentro de condiciones modernas. De acuerdo con descubrimientos recientes, el humano habitó diferentes lugares del planeta y no se puede afirmar que haya surgido y se hubiese desarrollado a partir de un único punto territorial.
No es este el lugar para describir el proceso histórico de la comunidad primitiva ni las diversas razas y pueblos en donde ella tiene origen. Para el objetivo de nuestro estudio, nos basta con saber que ella ha venido evolucionando hasta alcanzar las formas organizativas que conocemos en las sociedades consideradas como más avanzadas y que aún existen comunidades humanas con las características de las primeramente estudiadas y puestas como ejemplo del origen de las sociedades modernas. Estamos, entonces, analizando el proceso de evolución de las comunidades primitivas, de donde han provenido las actuales sociedades modernas predominantes en el planeta.

1.5. La descomposición de la comunidad primitiva
Como todo fenómeno, la comunidad primitiva lleva en sí el germen, los elementos, que producirán su desaparición. La comunidad posee en su seno personajes que detentan la autoridad; esa autoridad es política para orientar e intermediar la organización de los grupos humanos, es autoridad militar mediante la cual asume su defensa ante los ataques de otras comunidades o inicia la agresión a las que considera poseen las mejores tierras y pastos para sus rebaños en el objetivo de apropiárselos; en otro sentido, hay autoridad religiosa a efecto de manejar el culto y el rito.
Estos personajes, como consecuencia del poder que detentan, poseen materialmente determinados elementos como construcciones, instrumentos de guerra, elementos del culto que manejan en su calidad de líderes o jefes de la agrupación social; es con esos elementos materiales que ejercen sus funciones en forma espontánea o natural dentro del conjunto social. Con el poder viene el dominio y la apropiación de lo que ha sido de la comunidad. Es decir, se generan los presupuestos para el establecimiento de la propiedad individual o privada en manos de quienes detentan ese poder, que es político e ideológico, ya sea los más ancianos por su autoridad política, los guerreros por su poder militar o los sacerdotes del culto por su poder ideológico sobre el conjunto social.
El proceso evolutivo de la sociedad primitiva lleva al establecimiento de la propiedad privada, a la esclavización de los prisioneros de las guerras de conquista y, con todo ello, la liquidación de la comunidad primitiva y la aparición de los grandes imperios. En América, existieron los imperios azteca, maya, inca y chibcha; al lado de ellos hubo algunas agrupaciones de importancia, pero de naturaleza inferior a los citados. En Asia y África, existieron los imperios sumerios, babilónicos, egipcios, sirios, etc.
Luego, hubo grandes movimientos tribales que tuvieron como fin la conquista de territorios; se destruyeron imperios muy bien constituidos, pero que habían entrado en franca decadencia y se volvieron a constituir otros sobre nuevas condiciones materiales y culturales. Con la liquidación de las comunidades primitivas y la instauración de los grandes imperios, se entra en un período histórico basado en estructuras económicas en las cuales la propiedad privada se institucionaliza, incluso sobre los mismos seres humanos a los cuales no se consideraba como tales, sino como objetos y sujetos de trabajo. Es la esclavitud como forma predominante en la existencia histórico-social de la humanidad.(…)
A partir de la disolución de la comunidad primitiva, en donde los medios de producción eran de propiedad común, han pasado a ser de propiedad privada. Veamos entonces cómo se ha desarrollado la humanidad dentro de esa estructura de propiedad privada sobre los medios de producción.



2. El esclavismo
El esclavismo es la primera negación de la comunidad primitiva y, al mismo tiempo, una trascendencia de la misma. Como modo de producción, basado en la propiedad privada, es la negación de la comunidad primitiva, basada en la propiedad común de los instrumentos y medios de existencia; pero, el esclavismo es, a la vez, una continuidad histórica humana. En la comunidad primitiva se dan los elementos para el esclavismo.
En efecto, el poder de los ancianos, el de los guerreros y el de los sacerdotes del culto y el rito religiosos, van generando la dominación de unos humanos sobre el resto de la comunidad, van estableciendo jerarquías que exigen no solamente poder sobre los otros, sino, propiedad de medios e instrumentos de poder en lo económico, en lo político, en lo religioso, en lo militar.
Unos grupos humanos se van apropiando del uso de los instrumentos y medios materiales de la comunidad y, en el transcurso del tiempo, los van incorporando como propiedad, primero de casta, luego de carácter familiar e individual. Por otra parte, con la expansión tribal en búsqueda de mejores tierras y pastos para los ganados y una agricultura incipiente, se presentan los choques entre comunidades humanas de los cuales surge la esclavización de los vencidos y su incorporación a la comunidad de los vencedores en calidad de propiedad esclavista o de agregados sociales que entran a formar parte de la misma. (…)
Dentro de la comunidad se genera la contradicción entre poseedores, posteriormente propietarios, y no poseedores, luego propiedad privada de los primeros. El esclavismo se desarrolla, entonces, sobre la conquista de unos humanos sobre otros humanos o sobre la apropiación de la propiedad comunal por parte de las castas políticas, militares o religiosas, las que forman una unidad gubernamental.
Dos fuentes generan el esclavismo, una externa, la conquista; otra, interna, la apropiación de los bienes comunes. Pero, el esclavismo no es aún una concentración muy grande de la propiedad privada porque el régimen esclavista se asienta, en algunas partes, sobre el dominio de la tierra y la tierra es propiedad de toda la comunidad. El esclavismo de carácter guerrero genera una economía imperial de gran movilidad mercantil e intercambio con otros pueblos. Los esclavos no son agentes sociales, sino objetos o instrumentos de trabajo, son sujetos del intercambio mercantil.
El esclavismo es una economía mercantil que genera una institucionalidad de alto contenido religioso. El esclavismo genera el politeísmo; pero, también la teocracia. Es importante, en este punto, especificar que la humanidad ha conocido dos clases de esclavismo: el esclavismo de los imperios mercantiles que se ha descrito antes y el esclavismo de los imperios agrarios y pastores. En el primero, el esclavo era más un objeto de compraventa y en el segundo era un objeto de uso. En el primero, los esclavos eran instrumentos de una economía mercantil de gran movilidad económica y en el segundo los esclavos se encontraban bajo un régimen "patriarcal" o "paternalista", en donde tenían mayor protección y formaban parte de la comunidad en forma más humana. El primero, tuvo su máximo desarrollo en Egipto, en Babilonia y luego en Grecia y Roma extendiéndose por todo el mundo hasta el siglo XV y XVI cuando aparece el capitalismo; el segundo, se desarrolló en los países asiáticos, China y la India principalmente.
En nuestra América los Incas alcanzaron formas esclavistas pero de carácter patriarcal y paternalista. En el esclavismo, la propiedad privada se encuentra generando una dinámica económica de elevado nivel, porque los imperios esclavistas fueron fundamentalmente conquistadores, guerreros. El imperio babilónico, el egipcio y posteriormente Grecia y Roma, fueron regímenes esencialmente conquistadores de pueblos. Los esclavos fueron instrumentos vinculados a las grandes construcciones, como las pirámides de Egipto, o instrumentos mecánicos en las grandes embarcaciones dedicadas al comercio y a la guerra o fueron servidores de los grandes esclavistas, que vivían de las rentas de la tierra o de las rentas del Estado.
Sin embargo, en el esclavismo subsiste la propiedad comunal en los bienes del culto, en los bienes del Estado. Los dioses son los propietarios de las grandes construcciones elevadas para su culto y la morada de sus sacerdotes y la tierra era, predominantemente, propiedad del Estado como tal. Pero, todos estos bienes, producto del trabajo de la comunidad, se encuentran en manos de determinadas personas, de determinadas instituciones y ese es el piso sobre el cual se va formando la gran propiedad individual. La propiedad privada en el esclavismo es prevaleciente en la artesanía, la manufactura y el comercio.
El esclavismo mercantilista es un modo de producción progresista, que imprime a la sociedad un ritmo económico y cultural superior al que poseía el régimen de la comunidad primitiva. En esta clase de esclavismo florece la cultura expresada en las grandes obras de arquitectura, la pintura, la escultura, la escritura, las matemáticas, la astronomía, la filosofía, la música, etc. El pensamiento filosófico tiene una expresión de elevado nivel en el esclavismo, principalmente en el esclavismo de Grecia y Roma. En el esclavismo, el régimen de la propiedad privada no adquiere un total desplazamiento y no genera alienación como forma de apropiación por parte del objeto del sujeto. Es decir, el objeto, en la producción esclavista, no tiene suficiente poder para apropiarse de quien lo produce o lo compra.
Los objetos o elementos que poseen los esclavistas tienen una aplicación práctica predominantemente de uso y no de cambio o de poder sobre otros. Aunque las grandes construcciones de los esclavistas poseían mucho valor y fuerza de trabajo de los esclavos, sus propietarios no estaban tan alienados en ellas como lo están los capitalistas modernos, tanto en sus grandes mansiones como en las mercancías que poseen. La propiedad privada, en el esclavismo, no es fundamento de poder como en los regímenes modernos por cuanto en ese modo de producción predomina el poder religioso, teocrático, expresado en los faraones, emperadores y reyes que reúnen en sí el poder político y el poder religioso. Aunque la casta dominante ejerce un poder omnímodo sobre el conjunto social, lo hace, no como propietaria de medios de producción, sino como representante de los dioses.
El poder económico de las castas dominantes en el esclavismo no está basado en la propiedad privada individual, sino en el poder del Estado, del cual es representante y ejecutora; más aún, el poder económico de las castas esclavistas está oculto bajo el manto del poder religioso, militar o político. En Roma era el Senado el que representaba poder y no determinados personajes como tales; cuando los Césares se convierten en una especie de divinidad, no es por ser personas, sino por ser representantes de los dioses del Olimpo y se les asimila a ellos.
Los imperios esclavistas sucumben por dos razones: por el efecto de sus contradicciones internas y por factores externos, consistentes en invasiones de pueblos bárbaros, que aprovechan el deterioro interno de aquellos. Las contradicciones internas de los regímenes esclavistas consisten en la confrontación entre esclavistas y comerciantes, entre esclavistas y campesinos que no tienen tierra y entre esclavistas y esclavos. En la primera, los esclavistas poseen contradicciones con los comerciantes por el mismo ejercicio de la actividad, que va generando mayor poder en los comerciantes, lo cual genera poder político que le disputan a los esclavistas empotrados en las posiciones del Estado.
Las contradicciones entre esclavistas y campesinos se encuentran basadas en las exenciones que sufren estos últimos y la competencia que se les hace con el trabajo esclavo que no es pagado por el esclavista. Las contradicciones entre esclavistas y esclavos son de doble carácter: por una parte los esclavos son muy mal tratados lo que genera el descontento y las rebeliones esclavas que se enfrentan, no sólo a los esclavistas, sino al Estado; por otra parte, los esclavos se van convirtiendo en una carga para el esclavista que los tiene que alimentar y ya las formas de explotación no son rentables para el esclavista.
En lugar de servir y mantener el esclavo al esclavista, éste tiene que mantenerlo para conservarlo como fuerza de servicio. El esclavismo sucumbe ante todas estas contradicciones para dar lugar a otra forma de producción, en donde el antiguo esclavo pasa a ser siervo de la tierra y propiedad de otro carácter por parte del terrateniente o señor feudal.

3. El Feudalismo
El derrumbe de los imperios esclavistas bajo el golpe de las grandes invasiones de los bárbaros o de las guerras entre imperios, introduce a muchos pueblos, particularmente los pueblos europeos, en una especie de oscura noche del tiempo, en la cual se impuso con terroríficas acciones el imperio de la teocracia, la teología y el clericalismo a ultranza bajo el crimen, la intolerancia, el dogma y la ignorancia. El Feudalismo a que estamos haciendo referencia, se basa en el análisis de estos diversos modos de producción sobre la experiencia histórica del mundo conocido como "Occidente", en donde ha sido el cristianismo el poder ideológico dominante.
En lo que se refiere a otras partes del planeta, esos modos de producción no han sido tan concretos y en esos pueblos se combinan diversas formas sociales en las cuales influye el Occidente cristiano de una u otra forma. Por ello, apenas si haremos alusión a ellos para determinar cómo allí se encuentran confundidas diversas formas de producción y diversas culturas en grandes extensiones geográficas y densos conglomerados humanos.
El Feudalismo, como modo de producción en Occidente, se caracteriza por ser la tierra el principal elemento que determina la existencialidad social del conjunto humano que lo vive; en efecto, quien detenta la propiedad y posesión de la tierra, la cual, a su vez, se encuentra debidamente legitimada en su posesión por parte de la nobleza, es propietario, también, de quienes la habitan sin ser propietarios. En el Feudalismo a quienes no poseían propiedad raíz se les llama "siervos" de la tierra. En efecto, los campesinos habitantes de las tierras de la nobleza feudal eran siervos, forma social que trascendía las formas esclavistas. Aquí, en el Feudalismo, el siervo no era propiedad del señor, sino en cuanto habitaba su tierra. Tierra y campesino formaban una unidad objeto de propiedad del señor feudal.
En el esclavismo el individuo pertenecía al esclavista como un objeto; aquí, en el feudalismo, la tierra y el individuo pertenecen al señor porque es la tierra la que mantiene al siervo, a diferencia del esclavismo en donde el señor mantenía al esclavo. El señor feudal se "libera" del mantenimiento de su esclavo y lo titula siervo para que sea la tierra la que lo mantenga con su propio trabajo, que en mayor parte, le pertenece al dueño del siervo, en calidad de dueño de la tierra.
El señor feudal, como dueño tanto de la tierra como del individuo (el siervo) tiene "derecho" al trabajo de éste en el momento y en las condiciones que lo necesite para su servicio. Pero, el siervo tiene su propio "tiempo" y esto lo convierte en un potencial "individuo libre"; ese "tiempo" es el piso sobre el cual la contradicción siervo-señor feudal va a desenvolverse en contra del último en un proceso de desarrollo de las artes manuales del siervo que lo van liberando de la dominación feudal y convirtiéndolo en "maestro", "comerciante" y, finalmente, "burgués".
En el Feudalismo se presenta ya un fenómeno que juega históricamente: la liberación viene de la organización social. El siervo comienza produciendo para el "uso" y termina produciendo para el "cambio". Pero, para producir para el cambio tiene que estar organizado; las primeras formas de organización para la producción son los "gremios" que son generados por los "oficios". Los zapateros, los sastres, los carpinteros, el herrero, etc., tienen que agruparse para producir para el "cambio" y en ese proceso productivo tienen que relacionarse con los "comerciantes", que también se organizan en otra clase de "gremios".
Los gremios del esclavismo pudieron desenvolverse más libremente que los gremios del Feudalismo, porque el esclavismo era un régimen de mayores "libertades" para los "libres"; es decir, para los que no eran esclavos; porque el esclavismo era un modo de producción de mayor dinámica productiva. En el Feudalismo el mercantilismo tiene lugar hacia el final de su período histórico. Que el mismo proceso productivo lleve la necesidad de la organización para la producción, significa que en todo modo de producción se dan los elementos que posibilitan el paso hacia otro modo de producción, un modo de producción que es su trascendencia y que lo niega; todo ello hacia otras formas económicas y sociales, por lo tanto, nuevas estructuras políticas y culturales.
El elemento fundamental, sobre el cual se asienta institucionalmente el dominio feudal, elemento que también se encuentra en los demás modos de producción históricos, es lo ideológico. Los siervos, siendo más numerosos que la nobleza que los oprime, no se levantan contra ella, porque consideran que ella tiene legitimidad providencial, teocrática. Los siervos no pueden comprender la causa real de la autoridad de la nobleza ni la del clero, porque no pueden adquirir los elementos ideológicos que posibilitarían conocerla; los siervos se encuentran bajo el peso de la necesidad material y cultural de su momento histórico y, por ello, apenas si producen rebeliones violentas de carácter instintivo que son liquidadas por la nobleza en forma brutal.
La ideología religiosa, teocrática en lo político, consistente en creer que el poder de los reyes y monarcas proviene de Dios, es el instrumento fundamental que sostiene la sumisión de los siervos. Cuando los siervos se levantan contra sus amos, entra en juego todo el poder ideológico y militar que la nobleza tiene para aplastarlos. Y en lo ideológico es lo religioso el elemento fundamental que da fuerza y determina ese poder. La contradicción interna de la sociedad feudal se encuentra representada por el señor y el siervo, el propietario de la tierra y el que le sirve en la tierra.
Pero, como en el esclavismo, también hay contradicciones entre los diversos estamentos de la nobleza y entre las monarquías que detentan territorios concretos, en donde ejercen su poder. Las guerras entre las potencias feudales es una constante de su historicidad. Las grandes extensiones feudales pertenecen a diferentes familias y son esas familias las que le dan el carácter de Estado a sus respectivos territorios. Es la continuación de la historicidad tribal de las épocas pretéritas. Las guerras se dan entre las diversas "casas" nobiliarias, por la posesión y el dominio de las tierras. Es así como “La Guerra de los Cien Años" tiene como causa el enfrentamiento entre la casa real de Inglaterra y la casa real de Francia por las posesiones de Guyena y Flandes, provincias claves en el comercio de Europa con otras partes del mundo conocido en ese entonces.
Nos relata el historiador Jacques Pirenne en su Historia Universal: "La Guerra de los Cien Años”, surgió de la lucha que, desde el siglo XII, libraban Francia e Inglaterra por la Guyena y Flandes, o sea, por el mar. En el siglo XIV, Flandes estaba ya tan industrializado como la Italia del Norte, y Brujas era punto de contacto de las grandes vías económicas que se dirigían hacia Venecia, el mar Báltico y Castilla. Así, quien poseyera Brujas dominaba todas las rutas del tráfico que unían a Inglaterra con el continente. Ahora bien, si Inglaterra dejaba que el rey de Francia ocupara Flandes, se veía obligado a quedar bajo su dominio económico, haciendo la situación tanto más grave cuanto que Felipe el Hermoso pretendía, por otra parte, anexionarse definitivamente la Guyena, país al que Eduardo III no quería renunciar, pues Burdeos era etapa en la ruta de Castilla y de su puerto dependía todo el valle de Garon, tan activo y rico en la producción y comercio de trigo. "Por lo tanto, la guerra que se preparaba tenía dos objetivos: uno, era Flandes con el puerto de Brujas; el otro Guyena con el de Burdeos. Resultaba, pues, esencialmente, una guerra por la hegemonía marítima. "Por otra parte, los reyes de Inglaterra no habían abandonado nunca las miras políticas de los Plantagenet, y si el de Francia se proponía ocupar los Países Bajos, ellos no habían renunciado a la esperanza de instalarse en las dos orillas de la Mancha. El matrimonio de Eduardo II con Isabel de Francia, hija de Felipe el Hermoso, debía dar a su hijo Eduardo III la oportunidad de insistir. El rey de Francia, Felipe VI, no tenía heredero varón.
A pesar de que las mujeres habían quedado excluidas del derecho a ocupar el trono- los Estados Generales se habían pronunciado dos veces sobre esta cuestión-, Eduardo III aspiró a su sucesión. Era sólo un pretexto para provocar la guerra que se venía preparando ya desde el reinado de Eduardo I, pero que en aquel momento tenía un alcance de mucha más amplitud, puesto que en el caso de conseguir la victoria uniría sobre su persona las coronas de Francia e Inglaterra, dándole a un mismo tiempo la hegemonía indiscutible sobre todas las tierras de Europa." (Jacques Pirenne- Historia Universal- Tomo II, editorial Éxito. S.A. Pág. 230) Como puede verse, a las contradicciones internas de las monarquías feudales se agregaban las contradicciones externas por el dominio y posesión de tierras que se consideraban decisivas en la conservación y expansión del dominio territorial y de castas.
Es la tierra el elemento principal en el modo de producción feudal y ello genera las manifestaciones sociales y políticas de esos pueblos. A la guerra de los cien años sigue la guerra de los treinta años, en la que se libra una violenta lucha entre los pueblos bohemios y checos contra la hegemonía germánica, iniciada con la rebelión de Praga (1.619); luego la guerra de los siete años (1.756-1.763), iniciada por Prusia en momentos en los cuales Inglaterra y Francia se enfrentaban por la hegemonía de los mares y por las rutas terrestres del comercio internacional. La guerra de los siete años anticipa ya lo que vendría en el siglo siguiente en las luchas por el derrocamiento de las monarquías por parte de la burguesía.
Todas esas guerras citadas fueron expresión de las contradicciones propias del Feudalismo en vía de su propia liquidación histórica, en forma parecida a como sucedió con el esclavismo y a como sucederá con el capitalismo en la forma que ya veremos. Dentro de este proceso histórico del modo de producción feudal, se van desarrollando los elementos que conformarán el siguiente paso histórico, el Capitalismo. El derrumbe del Feudalismo se produce en Inglaterra de una forma diferente a como se desenvuelve en Francia. Pero, nos interesa la forma como se derrumba el Feudalismo en Francia ya que se convirtió en el detonante de una serie de revoluciones que transformaron completamente el panorama histórico de todo Occidente.
Las instituciones propias del feudalismo penetraron profundamente en América Central y del Sur por cuanto la conquista española se hizo en pleno modo de producción feudal; en consecuencia, en las regiones conquistadas por España, se implantó, en primer lugar la religión cristiana católica y en segundo lugar, las instituciones españolas propias de su modo de producción; sin embargo, la imposición absoluta de dichas instituciones era imposible; la forma en que se imponen, fue a través de una especie de mezcla con las formas económicas, sociales y religiosas que las sociedades indígenas poseían. El mestizaje español indígena lo fue también institucionalmente y hoy, al lado de formas indígenas, hay una predominancia del elemento español en las antiguas colonias de dicho imperio feudal. Es en estas condiciones que las ideas expresadas en el espacio de la Revolución Francesa tienen la posibilidad de penetrar en ciertos sectores sociales de las colonias hispanoamericanas. Sin embargo, en la América Latina encontramos formas sociales propicias a unas nuevas expresiones de estructuras económicas no propiamente individualistas; son las formas comunitarias que aún subsisten y que poseen aún cierta influencia entre el grueso de la población; es posible aprovechar su existencia para elevar las formas organizativas de esas poblaciones, pero para ello es necesario un sustento filosófico materialista dialéctico en la perspectiva que más adelante manifestaremos.

3.1. La Revolución Francesa
La Revolución Francesa de 1.789 es la culminación de un proceso económico-social y político que se inicia en Inglaterra cien años antes, con la famosa "Gloriosa Revolución", como entraron a llamarla los mismos ingleses. La Revolución Francesa se distingue de la revolución inglesa, porque es la expresión de la clase representativa real del modo de producción capitalista, ya maduro, la burguesía moderna. La burguesía generó una élite de intelectuales que le dieron legitimidad a su revolución y con ello logró trascenderla más allá de las fronteras francesas y más allá del tiempo francés burgués revolucionario. La joven burguesía francesa fue más cruel que la joven nobleza burguesa inglesa en la decapitación de reyes y señores feudales. Pero, en ambas revoluciones hubo reyes decapitados.
Mientras la "gloriosa revolución" estuvo sustentada en los hombros de la misma nobleza, convertida en burguesía mercantilista, la revolución francesa se levantó sobre las cabezas de los "enciclopedistas", como expresión ideológica y política de los medianos y pequeños propietarios de la tierra, la manufactura, el comercio y las finanzas. Mientras en Inglaterra no hubo intelectuales destacados en el pronunciamiento político burgués, en Francia se consolidó el pensamiento materialista mecanicista como expresión de las fuerzas productivas de carácter capitalista en pensadores de influencia mundial como Diderot, D´Alembert, Rousseau, Voltaire, etc.; ellos señalan una directriz filosófica, ideológica y política a la revolución burguesa francesa y europea en general.
Las tesis filosóficas, ideológicas y políticas de la inteligencia francesa llevan los elementos que harían de la revolución francesa un acontecimiento de trascendencia mundial. Y esa directriz filosófica e ideológica es la que tiene el poder de universalizarse trascendiendo las fronteras francesas. Si Napoleón pudo expandirse por toda Europa fue gracias a las consignas de libertad, igualdad y fraternidad que él utilizó y que fueron las banderas de la Revolución, para conquistar geográficamente el continente europeo e ir mucha más allá.
La revolución burguesa de Francia aporta al desarrollo histórico, y a la sociedad en general, formas organizativas políticas que expresan las nuevas estructuras sociales del capitalismo. Es en ella donde se forman las incipientes expresiones orgánicas políticas. Los jacobinos, al lado de los girondinos, y los de la "Montaña", inician los procesos de organismos políticos que posteriormente llegarán a ser los partidos modernos que hoy conocemos. Y es precisamente en la Revolución Francesa, de carácter burgués, en donde nace y se desarrolla el "izquierdismo" que, como poliformismo político llegó hasta finales del siglo XX. Estas nuevas formas de organización socio-política son el germen de nuevas expresiones en la organización social, pero son generadas por la estructura económica capitalista que produce clases y estratos sociales de clase con clases sociales enfrentadas: la de los capitalistas denominada "burguesía" y la de los obreros y otros sectores similares a la cual se le llama "proletariado" y dentro del cual se encuentra señalada concretamente la clase "obrera".
La Revolución Francesa marca un hito en la historia universal consolidando el modo de producción capitalista e institucionalizando la supraestructura que él genera. A partir de ella la humanidad ha superado en gran medida la sujeción a las leyes naturales en provecho del ser social tanto individual como socialmente. El régimen de propiedad privada se hace más concreto, se individualiza en los comienzos del Capitalismo cuando éste se encuentra en su etapa de la libre competencia y el individualismo es convertido, por esa clase de propiedad, en un incentivo fundamental para su desarrollo; el paso de los gremios artesanales, gestados en el período final del Feudalismo al impulso de la producción artesanal y manufacturera, a la empresa familiar y patronal, es apenas el inicio de un nuevo modo de producción que, con el tiempo, va a generar nuevas formas asociativas que lo impulsarán: aparecerá la "sociedad" mercantil y la "sociedad" industrial, como pasos en la fundación de las grandes corporaciones financieras, en donde el capital financiero pasa a ser el rector de la economía capitalista. Es decir, el individualismo va siendo superado por la "asociación" capitalista en la medida en que los medios de producción van siendo más poderosos y diversificados en su proceso evolutivo.
Si en un comienzo es el individuo, el comerciante individual, el industrial individual, el financista individual, los que dirigen el sistema productivo capitalista, la actividad económica va creciendo y exige una mayor presencia del individuo al mando de ella; el individuo no puede hacer frente al crecimiento de su propia actividad económica en forma personal. La revolución burguesa eleva a los más altos niveles la legalidad de la propiedad individual: el Código Civil, gran preocupación de Napoleón, aún rige las relaciones sociales de los pueblos influidos por esa revolución. El individualismo económico, al evolucionar va generando y haciendo necesaria la "empresa" y ella no se puede formar y desarrollar al mando de un solo individuo sino al mando de una junta directiva, de un organismo colectivo de dirección. Esto+- no le quita el carácter capitalista de propiedad privada al sistema, sino que lo fortifica con el aumento del acumulado material de las fuerzas productivas.
La gran Sociedad Anónima es la culminación de ese proceso que va de la propiedad individual a la propiedad accionaría capitalista. La propiedad accionaría moderna es la afirmación y la negación de la propiedad privada de esencia individualista; pero, en el terreno de la misma propiedad privada sobre los medios de producción: ya no es una propiedad individual, sino accionaría pero de individuos particulares. En efecto, la acción bursátil representa la propiedad individual, pero la niega ya que un papel puede ser o no representativo de dicha propiedad, según sea el mercado de la respectiva bolsa de valores o según sea el estado real de la Empresa, cuyos valores representa. La acción bursátil es algo que puede o no ocultar la propiedad real, pero que en todo caso sólo es conocida por el corredor de bolsa y su propietario o poseedor real. Pero, ya aquí entramos en la era del capitalismo.

4. El Capitalismo
Consolidado institucionalmente, el capitalismo se expande por todo el planeta como un sistema económico, político, cultural y militar. Es un modo de producción en el cual es la máquina y la producción de mercancías lo que lo caracteriza históricamente. En el Capitalismo el valor de "cambio" adquiere su máxima realización. Todo, en el Capitalismo, se produce para la venta. Es un régimen en donde el dominio de la "mercancía" es absoluto: se vende la mercancía y se vende la fuerza de trabajo, el humano, como si fuese otra mercancía más. Afirma Carlos Marx al comienzo de su monumental y principal obra "El Capital":
"La riqueza de las sociedades en las que domina el modo de producción capitalista se presenta como un "enorme cúmulo de mercancías", y la mercancía individual como la forma elemental de esa riqueza...La mercancía es, en primer lugar, un objeto exterior, una cosa que merced a sus propiedades satisface necesidades humanas del tipo que fueran. La naturaleza de esas necesidades, que se originen, por ejemplo, en el estómago, en la fantasía, en nada modifica el problema. Tampoco se trata aquí de cómo esa cosa satisface la necesidad humana: de si lo hace directamente, como medio de subsistencia; es decir, como objeto de disfrute, o a través de un rodeo como medio de producción".(El Capital. Tomo I Vol. I. Siglo XXI editores s.a. Pág. 43).
La organización social, en el Capitalismo, se desarrolla en forma más dinámica a como lo fue en los anteriores modos de producción, ya que las relaciones sociales que genera corresponden a una estructura material en la cual la máquina es la que impulsa su desarrollo y por consiguiente se convierte en un motor de la misma actividad humana. La máquina como acumulado material del trabajo humano representa una fuerza muy poderosa que pone al individuo en movimiento. La producción reúne a enormes masas de obreros en la fábrica y en las barriadas en donde habitan; la producción genera su organización social puramente material, primero, y luego alrededor de reivindicaciones propias de su oficio o actividad. En el Manifiesto Comunista, Marx y Engels escriben:
"Donde quiera que ha conquistado el poder, la burguesía ha destruido las relaciones feudales, patriarcales, idílicas. Las abigarradas ligaduras feudales que ataban al hombre a sus "superiores naturales" las ha desgarrado sin piedad para no dejar subsistir otro vínculo entre los hombres que el frío interés, el cruel "pago al contado". Ha ahogado el sagrado éxtasis del fervor religioso, el entusiasmo caballeresco y el sentimentalismo del pequeño burgués en las aguas heladas del cálculo egoísta. Ha hecho de la dignidad personal un simple valor de cambio. Ha sustituido las numerosas libertades escrituradas y adquiridas por la única y desalmada libertad de comercio. En una palabra, en lugar de la explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, ha establecido una explotación abierta, descarada, directa y brutal. La burguesía ha despojado de su aureola a todas las profesiones que hasta entonces se tenían por venerables y dignas de piadoso respeto. Al médico, al jurisconsulto, al sacerdote, al poeta, al hombre de ciencia, los ha convertido en sus servidores asalariados. La burguesía ha desgarrado el velo de emocionante sentimentalismo que encubría las relaciones familiares, y las ha reducido a simples relaciones de dinero". (C. Marx- F. Engels-Obras Escogidas. Editorial Progreso- Pág. 113).
Hoy es más notorio y evidente ese proceso social del Capitalismo en donde se va estableciendo el dominio de la mercancía sobre el individuo y, fundamentalmente, el dominio de la mercancía dinero. En ese proceso evolutivo del Capitalismo la mercancía se va diversificando y cuantificando y también cualificando. El dinero evoluciona en un proceso de desaparición, porque otros elementos lo van sustituyendo y también las clases sociales constitutivas de este modo de producción van cambiando y tienden a desaparecer, pues el capitalismo sigue el mismo proceso de desarrollo en vía de su transformación en su contrario, en un fenómeno histórico que ha de ser su negación.
La dinámica del proceso, tanto económico como social, es cada vez más rápido y funcional; tanto la producción, como la distribución e incluso el consumo se hacen más dinámicos y el individuo se ve lanzado a ese mismo tráfico de la evolución de las fuerzas materiales propias de la producción capitalista.
La alienación en el objeto es cada vez mayor, por cuanto es el objeto el que va llenando los espacios dentro de los cuales el individuo se encuentra. Un ejemplo lo podemos encontrar en el aumento de los vehículos automotores que van llenando y copando los espacios de las grandes ciudades en detrimento del individuo, tanto material como ambiental y psicológicamente.
En los espacios de las ciudades, el individuo no representa mayor cosa, mientras que las grandes edificaciones y el cúmulo de elementos de transporte lo llenan todo. El objeto va desplazando al sujeto, al individuo; parecería que el acumulado material producido por el humano muerto, va arrinconando al humano vivo que no alcanza a consumir.
Dentro de este proceso, las formas orgánicas que la sociedad genera también van evolucionando tanto cuantitativa como cualitativamente. En las naciones más avanzadas encontramos infinidad de organizaciones mediante las cuales el individuo enfrenta el dominio del objeto. Generalmente, las gentes se agrupan alrededor de formas de pensar, fundamentalmente idealistas o religiosas. El predominio del objeto, de la mercancía, apabulla al individuo y lo angustia; para contrarrestar este fenómeno se forma la agrupación social que considera que saliéndose de lo material e introduciéndose en lo "espiritual" logra un alivio a su situación psicológica individual. En los Estados Unidos de Norteamérica, ejemplo del Capitalismo moderno, es en donde más cantidad de organizaciones sociales de toda clase existen.
La organización social la determina el modo de producción, como lo venimos analizando, a través de todas las etapas históricas de la humanidad, pero en el capitalismo esa organización adquiere elementos nuevos que permiten que ella sea de carácter más elevado. En efecto, en el capitalismo se estructuran los partidos políticos y las organizaciones gremiales, profesionales, sociales, culturales, militares, etc. La familia misma adquiere un carácter especial en el período del capitalismo; de la familia feudal y romántica, como anotan Marx y Engels, se pasa a la familia patrimonial, es decir, aquella en donde lo fundamental es lo económico. La monogamia se establece sobre cánones económicos y no de sangre, como sucedía en el feudalismo. Aquí los matrimonios se concertaban por cuenta de los respectivos padres de la pareja teniendo en cuenta la prosapia familiar. La familia de naturaleza capitalista está orientada al acumulado de la riqueza más que en un acumulado cultural aunque los dos aspectos de la existencia humana se encuentren dialécticamente entrelazados. En la familia burguesa lo principal es que los hijos hereden a su padre tanto patrimonial como administrativamente; esto sucede en los comienzos del Capitalismo y se prolonga en los niveles de desarrollo del Capitalismo que es el campo de las finanzas y la tecnología introducida en el manejo de la economía. Los grandes imperios económicos funcionan sobre los altos niveles alcanzados por la informática y las comunicaciones. El conocimiento va adquiriendo mayor peso en las estructuras económicas y políticas de la sociedad capitalista y es en esa perspectiva que se educa a las juventudes provenientes de la burguesía, como se educa a las juventudes de los otros sectores en la perspectiva de servir a las grandes estructuras económicas en calidad de técnicos y empleados en todas las ramas de la actividad social.

1 comentario:

angelicaacasio dijo...

buenas tarde prof. estuvimos revisando y no sabemos q imprimir no encontramos algo que se relacione con el objetivo de esta semana... por favor indiq las lecturas o se va a mprimir toda????? quienes le escriben :
angelica acasio 18.526500
ruben mendoza 18.439.506
ana sarmiento 16.483.540 seccion economia social